Marita y Jordi llevan un matrimonio feliz. Ella maneja el sexo . Jordi se deja llevar casi sin entusiasmo.
El día de San Valentín teme perder a su marido, ya no es el que era. Lo observa. Unas suaves manos atraviesan la espuma. Marita lo abraza y besa apasionadamente.
Jordi se descubre como un hombre nuevo, desconocido, excitante. Salgo con otra mujer, se llama Karina.
—Marita quedó pensativa mirando el cielorraso.
— ¿Qué le gusta comer?
— ¿Comer?
¿Estás loca mujer?
—Si. Comer.
—Ama las pastas.
Invítala a cenar. Esa noche la casa fue para los tres. Una luna de Jonia iluminó la noche de San Valentín