Futuras flores… Por Eva Castro.

Intenté decírselo muchas veces, pero temía su reacción. Lo habíamos hablado en numerosas ocasiones, ambos estábamos de acuerdo. Demasiado ocupados en el trabajo, demasiados gastos, demasiado miedo a no hacerlo bien… Pospusimos la decisión un tiempo que se fue alargando hasta que dejamos de hablar del tema, tácitamente evitábamos cualquier alusión esquivándola con la precisión que otorgan años de práctica. Y de repente un día, los primeros síntomas y las dos rayitas rosas en el dichoso palito. No había dudas, estaba embarazada. No sabía cómo decírselo, en solo dos días había pasado de un miedo atroz a un intenso amor por una criatura que no entraba en nuestros planes. Tomé una decisión, se lo dije con flores, le miré fijamente a los ojos y tocándome la barriga susurré: se llamará Violeta o quizá Narciso. Surtió efecto, abrazándome con fuerza me contestó: me encantan las violetas, también los narcisos.