Mañana comienza la primavera. Los días se llenarán de luz y del color de las flores. Pero para mí, ya nada será lo mismo.No recuerdo cuando comencé con una costumbre que se transformó en tradición, desde hace años, celebro la llegada de la estación de las flores recorriendo las floristerías de la ciudad en busca de la orquídea perfecta, esa que sé distinguir de las demás en cuanto la veo. Con hojas maravillosamente impecables, ramas esbeltas que formando la curva más exquisita cobijan a las flores más bellas en compañía de los botones que tímidamente se mantienen a la espera de florecer con esplendor… Cada primavera busco esa perfecta flor para regalársela a la mujer a la que más admiro, a mi madre. Pero esta vez, ya no será lo mismo, comenzará una nueva primavera y existirá la orquídea perfecta, pero, por primera vez, no podré regalársela a ella.