Parecía un ángel con aquella espinosa rosa entre sus fuertes y ya demasiado curtidos dedo.
-Te quiero mama-dije.
-Lo se-contestó.
Parecía un ángel con aquella espinosa rosa entre sus fuertes y ya demasiado curtidos dedo.
-Te quiero mama-dije.
-Lo se-contestó.
Parecía un ángel con aquella espinosa rosa entre sus fuertes y ya demasiado curtidos dedo.
-Te quiero mama-dije.
-Lo se-contestó.
Toca empezar de nuevo. Sola. La falta de trabajo en mi país me ha obligado a emigrar, a dejar atrás mi vida, mis amigos, mi familia… Sigue leyendo
Anónimo: Por cada rosa que tu amor procura, cuantas espinas herirán tu piel… Por cada amigo, bueno, leal y sincero, ¿cuantos, traicionarán tu fe? Enviado por Jaime Alonso.