Llevaba varias semanas… Por Lourdes A.

Llevaba varias semanas espiándola. La muy bruja se había atrevido a dejarme por otro, a mí, del que había dicho ser el hombre de su vida. Una tarde de domingo, con el descaro propio de una furcia, lo besó a escasos metros de mis narices. No me quedó más remedio que actuar. Saqué el arma y le descerrajé dos tiros. A ella le lo dije con flores. Lo mucho que la quería, que teníamos de nuevo el camino libre. Todavía estoy azorado porque surtió un efecto demasiado contradictorio. Se les salieron los ojos de las cuencas.