Todos los domingos escuchábamos a Nino Bravo… Por Maria Carmen Rey

Todos los domingos escuchábamos a Nino Bravo de camino al pueblo de mis padres. El trayecto duraba una hora larga y la canción «Al partir, un beso y una flor, un te quiero, una caricia y un adiós» era mi preferida. Mis hermanos y yo la entonábamos con más emoción que pericia. Treinta años más tarde, emigré y enseñé la canción a mi hija que me mira de reojo sin entender qué le encuentro yo a esa canción tan triste.