Te escribo esta carta porque estoy harta de decírtelo y nunca me haces caso. En Navidades, en San Valentín, en mi cumpleaños, siempre lo mismo: pañuelo, colonia, bolso, pañuelo, colonia, bolso, pañuelo, colonia bolso,… Eres soso regalando hasta ponerme de los nervios, te repites más que el pepino. Desde hace veinte años, siendo novios o ya casados, insiste en la misma rutina. ¡Cambia un poquito, alma de cántaro! Entiendo que la economía familiar no está para joyas, pero al menos exprímete algo la cabeza. Fíjate en tu jefe, su mujer me ha enseñado un libro que le ha regalado. Es precioso, tiene frases literarias y sirve para guardar flores. Ahí puedes verlo www.lasfloresdetuvida.com
Te quiero. Es más, afirmo rotundamente que eres el hombre de mi vida, pero eso no me impide comentarte que eres soso regalando hasta decir basta. Espabila, amor mío.
Tuya